Corría el año 1893, exactamente el 17 de abril, cuando Madre Petra, nuestra Fundadora, escribe al Cardenal Rampolla diciéndole:
«Siempre hemos deseado ardientemente tener el Noviciado en Valencia, por venerarse allí la Imagen de Nuestra Señora de los Desamparados, titular de la Congregación. Nuestro corazón está y ha estado siempre allí».
Con fecha 27 del mismo mes, el Cardenal Rampolla intercede ante el Arzobispo de Valencia, Mons. Ciriaco Sancha y Hervás, para que haga posible el deseo de M. Petra. Respuesta del Arzobispo:
«Desde luego le he concedido el permiso y significo a V. Excelencia mi gratitud por haberse interesado en que se establezca en esta Diócesis un nuevo elemento de restauración moral que influirá poderosamente en el aumento de la piedad y de las prácticas de las virtudes cristianas.»
Así llegaron las Madres de Desamparados a Valencia a finales de mayo de 1893, junto al Noviciado, abrieron una obra asistencial, un Hogar para niñas necesitadas en que se atendían sus carencias y recibían formación humana y religiosa.
En Madre Petra hay unas líneas fundamentales que vertebran su pensamiento y su acción en lo que se refiere al plano educativo que se pueden concretar en los siguientes puntos:
- La educación debe ser un medio para que los niños conozcan a Dios y opten por un estilo de vida acorde con su fe.
- La preparación y la promoción humana de los educandos debe ser lo más completa posible.
- La pedagogía más eficaz es la que está enraizada en el amor y la misericordia, y que, como consecuencia, emplea más el estímulo que el castigo.
- El equilibrio, la mesura y la adaptación a la edad y a los condicionamientos de los educandos debe estar en la base de toda acción pedagógica.
- En la tarea evangelizadora y educativa el testimonio tiene una fuerza especial: se evangeliza y se educa más con lo que se es que con lo que se dice.
Estas son las pautas que da a sus hijas y las que se tuvieron en cuenta en este incipiente Colegio que dio sus primeros pasos en el internado de niñas acogidas. Cuya primera piedra se colocó el 7 de diciembre de 1903 .
Se había echado la semilla que iría creciendo. El Colegio abrió sus puertas a niñas externas y. creció el número de alumnas, de aulas y, con el tiempo irían invadiendo los locales que ocupaban la misma Comunidad religiosa. Todo se quedaba estrecho y pequeño.
Siendo Superiora General Madre Caridad Serrano de San José, sueña con edificar un Colegio de planta en la huerta que rodea el antiguo edificio y con audacia y gran confianza en el Señor encarga del proyecto al Arquitecto D. Agustín. Borrell Sensat.
La primera piedra del nuevo edificio se puso el 28 de Mayo de 1961. Presidió el acto el Sr. Arzobispo de Valencia, Mons. Marcelino Olaechea y, como padrinos, los Sres. Cuñat. El paso al nuevo edificio se realizó en las vacaciones de Navidad del curso 1962- 63. Mucho entusiasmo se volcó en prepararlo todo con mimo y cariño. Novicias y Madres trabajaron, podríamos decir, noche y día. Estaba preparado el lugar para que la «siembra» siguiera dando frutos y frutos abundantes en formación cristiana, intelectual y deportiva.
Siendo Directora del Colegio Madre Ángel Mª Melgar de San José, las nuevas exigencias de la LOGSE hacen que el Colegio necesite nuevamente ampliarse. Ahora el encargado del proyecto es el Arquitecto D. José Luis Izquierdo Payán, y. surge el Pabellón Madre Petra que luce una línea airosa y atrevida. Las obras se terminaron el 5 de junio de 1998 y en septiembre ya sus aulas estaban llenas de la alegría de los niños. Este Pabellón mereció el » Premio de Arquitectura C.O.A.C.V. 1997 – 98″ .
En lo pedagógico hay un avance notorio desde los principios. Se fue adaptando a las exigencias de las reformas educativas y se van consiguiendo las necesarias autorizaciones.
Todo ha ido cambiando, adaptándose a los tiempos, hasta el uniforme colegial que pasó de aquel cuello blanco almidonado sobre uniforme negro y velo largo de tul blanco y guantes blancos para las fiestas, al azul marino, para cambiar al pichi de pata de gallo y últimamente la falda de cuadros escoceses.
Han ido pasando por el Centro distintas Religiosas como Directoras. Desde 1961: M. Esperanza Ordóñez, M. Clotilde Gutiérrez del Álamo, M. Dulce Mª Hernández, M. Mª del Mar Cabrera, M. Ángel Mª Melgar y M. Rosa Mª Balaguer.
Todo puede cambiar, legislación, Ordenes, personas, alumnos siempre y cuando se mantenga firme la convicción de que la educación no es sólo dar conocimientos, sino, junto a ello, transmitir valores, religiosos, humanos, sociales, que vayan formando a la persona de manera integra y mantener la ilusión, entrega y dedicación que requiere la labor docente.
Aquella pequeña semilla que se sembró en el año 1903 ya es árbol frondoso. Muchas son las generaciones que han pasado por sus aulas.
Muchos son los Profesionales que se han ido formando en nuestro Colegio Inmaculado Corazón de María.
Muchos los testimonios de cariño y agradecimiento de cuántos estudiaron, jugaron, rezaron, . entre sus muros.
Mucho el esfuerzo y cariño de Profesores seglares y Religiosas a favor de una formación integral y muchos también los premios en diferentes concursos y competiciones que han conseguido nuestros alumnos.
Pero sobre todo mucha la satisfacción de haber contribuido a que cada niño/a llegara a ser lo que era capaz de ser.